martes, 23 de junio de 2009


De todos los días
han sido los tuyos,
los que recuerdo
en que estabas
cerca de mi

sábado, 20 de junio de 2009

Cyboríada

El ancho mundo es un desierto, las colosales fábricas, los campos de trabajo, las megalópolis acendradas, los centros de reconvención, las salas de estasis, la ciencia industrial, el cableado celular, la sal de la vida. Saber que te encuentras en otro planeta convierte este mundo en una desolación asombrosa, un grito inacabado. La guerra nos unió, y, cómo no, nos ha separado, quizás para siempre. La guerra contra tu pueblo, la guerra racista y genocida, la guerra suicida y enloquecida. La guerra que queríamos, que celebramos entusiastas, que hemos ganado. Tu pueblo expulsado, arrasado; ojalá hubierais vencido. Tu religión vital, animista y sincera, tu fe inquebrantable en la humanidad, tu honestidad, vuestra honestidad al fin comprendida, anega mi espíritu en un cieno espantoso y negro. Ahora, una vez comprendido el espanto, me avoco al fin. Sólo tu recuerdo, solamente, me es válido. Tu imagen se va desvaneciendo, distingo tu silueta, una sonrisa tierna, un vuelo de tu gesto, un rastro de tu voz, unas palabras pronunciadas de madrugada. Ya no sueño contigo, mis noches las paso volando sobre campos arrasados, sobre cuerpos arrasados, sobre sangre mezclada con la tierra, sobre humo y fuego.
La guerra la ganamos, o la perdimos, ya no sé. Mi cuerpo se resiente, no creo que aguante mucho más. Como en todas las guerras, desde siempre, se llevó nuestra juventud, pero se llevó todo lo demás.
Nunca creí que pudiera amar a una paria como tú. Aunque ahora sé la verdad de todo esto. Ahora soy un paria entre humanos. No me importa. Otros vendrán que les abrirán los ojos, por el bien de sus almas. Sé que los cyborgs volveréis, sé que inundaréis nuestro mundo y nuestros cuerpos de fuego y ceniza.
Que así sea.

miércoles, 3 de junio de 2009

Trabajo, trabajo, y algo de la Feria

Me ha gustado una frase de Napoleón que he oído hoy en la radio: "Reconquistar un terreno perdido es posible, pero no es posible recuperar el tiempo perdido". Bueno, creo que no es la cita literal, pero esa es la idea. Ahora que estoy hasta arriba de trabajo atrasado por culpa de una mala organización (o negligencia) de los "de arriba", esta frase me viene que ni pintada.

También el haber estado este fin de semana trabajando en la Feria del Libro de Madrid me ha echo reflexionar sobre un tema. Como me tocó atender la parte de literatura infantil y juvenil, me di cuenta de que las etiquetas y las convenciones pueden llegar muy lejos. Me encantó tratar con padres y niños, se hizo muy interesante y, por qué no, divertido, pero me chocó un poco un detalle. Yo no sé mucho de niños ni de pediatría ni demás temas adyacentes, pero me parece un poco exagerado el que la lectura de los niños se divida tan tajantemente por edades. Me explico: Imagino que es cierto, y no lo voy a contradecir, que en los niñ@s, de un año para otro, hay diferencias de capacidad intelectual y de conocimientos, por lo que los libros se dividen en edades (bebés hasta los 2 años, de 3 a 5 años, etc.,o la diferenciación que se haga). Pero eso no es óbice para que si a un niñ@ le atrae algo que quizá está por encima de sus capacidades, se le niegue tajantemente. Creo que si algo le atrae pero no es de "su edad", quizá sea beneficioso a la hora de estimularle. Puede que ahora no lo llegue a entender, puede que se le escapen los conceptos principales del libro o del material que sea, pero para eso están los padres, para que estimulen su inteligencia, su imaginación. Si el niñ@ no va a entender algo porque es para "más mayores", los padres le pueden leer el libro o el cuento o lo que sea, y se lo pueden adaptar, se lo pueden ir explicando, pueden ver hasta qué punto el niño llega a entenderlo o no, etc.

En fin, se me caía el alma al suelo al ver la cara que se le ponía a algún niñ@ que quería tal o cual libro y que delante de ellos padres y dependientes de la caseta les decían que no eran mayores suficientes para entenderlo. "Cuando seas más mayor te lo compro", o "al año que viene que ya tendrás esa edad te lo compraré". Quizá sólo se trate de una cuestión de dinero y los padres ponen esa excusa para no comprarles lo que piden, que no digo que no, pero esas caritas mirando hacia arriba a los rostros de los mayores me dio un poco de tristeza. Me hizo sentir que al niñ@ se le estaba privando en cierta manera de poder satisfacer una curiosidad que creo que solo puede ser beneficiosa.