jueves, 16 de julio de 2009


Su mirada salió por la ventana, se perdió en los bosques y en las praderas, voló alto, rozó las alas de pájaros en formación, se acercó a las nubes, las traspasó y se mojó con las gotas condensadas, accedió a un cielo azul e intenso, que le provocó lágrimas. Miró por primera vez hacia abajo, y a través de las nubes, del aire, de la atmósfera fría y tranquila, contempló todo, los ríos, las casas, la vida y la muerte.

Siguió y siguió, ya no estaba en este mundo, había desaparecido para siempre.

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